Los niños suelen ser inquietos por naturaleza, sobre todo si ven que pueden hacer algo que les divierte. Cuando vamos a la piscina o a la playa, muchas veces nos apetece hacer un picnic. Después de comer, debemos hacer un reposo, para hacer bien la digestión, en muchos casos los niños mientras están comiendo ya están pensando en su próximo baño. No debemos dejarles, debido a que cuando terminamos de comer, tenemos demasiada sangre en la tripa, y un cambio brusco de temperatura puede interrumpir la digestión.
• Para prevenir que esto pase, deberemos mantener a los niños (y a nosotros) durante un reposo de aproximadamente dos horas.
• Es conveniente, que cuando se meta en el agua lo haga poco a poco, primero mojarse los pies, después las manso y la nuca.
• Normalmente utilizamos las duchas que hay en estos lugares solo para la higiene, nos debemos concienciar que también están por motivos de salud. Hay que darse una ducha antes de meterse en el agua, para que el cuerpo se habitúe a la temperatura y nos suframos un cambio busco, tanto nosotros como los niños.
Podéis comprobar que son tres pequeños consejos muy fáciles de respetar y nos van a evitar problemas, por lo que no tenemos que dudar en seguirlos.